Vivir de rodillas, ¿Para qué?
Discurso de Fidel Castro en la concentración obrera del 22 de marzo de 1959
Imaginad la patria del futuro, con todo lo que la revolución el todos los órdenes, va a conquistar para el pueblo; pero esos frutos tienen que ser la consecuencia de las semillas de hoy, de los sacrificios de hoy, los sacrificios que son como semillas que vamos sembrando en el surco que la dignidad y el espíritu patriótico van abriendo hacia el futuro de la Patria. Yo vi hoy cómo muchos padres y muchas madres llevaban a sus hijos en el hombro; no era solo una manifestación de pueblo, era también una manifestación de sentimientos y de esperanza; la esperanza que alberga un pueblo, cuando lleva a sus hijos en desfile patriótico, y eso solo ocurre en las grandes horas de la historia de los pueblos, en sus horas luminosas los pueblos llevan a sus hijos al hombro, y es que esos niños constituyen todo un símbolo porque ellos serán más que nosotros los que recojan los mejores frutos de los sacrificios y del trabajo que hoy estamos realizando. Tal vez a nosotros no nos llevaron a hombros a las manifestaciones públicas cuando éramos niños; a nosotros nos educaron sin esperanza, nosotros crecimos sin esperanza, los que vinieron antes de nosotros no sembraron para nosotros sino dolor y lágrimas, no sembraron para nosotros sino dolor y miseria, no sembraron para nosotros sino tragedia y luto, tiranía y corrupción; no sembraron para nosotros sino desesperanza y hemos sufrido nosotros las consecuencias del pasado, hemos sufrido todas las desventuras y yo veo en cada hombre desesperado que se acerca a mí, en cada madre que llora porque dice que no le lleva el pan a sus hijos, el fruto de la semilla maldita que el pasado sembró en nosotros.
Por eso me lleno de emoción cuando veo a esos hijos sobre los hombros de sus padres y pienso qué generosa es esta generación, este pueblo, ¡ qué digno es este pueblo que está sembrando un porvenir mejor para sus hijos! ¡Que por nuestra propia culpa, por nuestra inconsciencia, por nuestros prejuicios seculares, por nuestra falta de madurez, no se frustre el porvenir que estamos sembrado para esos niños!
Nos dirán que el porvenir es incierto; nos dijeron aquí que el porvenir es incierto y en verdad que resulta triste pensar que esos sueños relacionados con las mejores ilusiones de la especie humana que son la esencia de de los mejores sentimientos de la especie humana, que es el paraíso que queremos forjar para nuestros hijos, nos lo destruyan con bombas atómicas. En verdad que es triste; pero frente a eso, ¿por qué sembrar el pesimismo?...Y mucho menos, frente a eso, ¿por qué sembrar el conformismo? ¿Por qué decir que frente a esa tragedia lo que tenemos que hacer es sumarnos a uno de los bandos?¿ Por qué decir que la América entera tiene que sumarse a uno de los bandos? ¿Por qué no proclamar nuestro derecho a vivir, aunque nos maten? ¿Por qué no proclamar nuestro derecho a vivir, aunque nos destruyan? ¿Por qué no decir aquí toda la verdad? ¿Por qué no decir que mientras hay bases militares de una de esas potencias aquí y allá el país se prepara para defenderse, y allá cuenta con medidas de defensa civil, y allá cuenta con refugios frente a los ataques atómicos nosotros que tenemos bases aquí, en cambio no tenemos ni un miserable hoyito donde meternos en caso de ataque atómico? ¿Por qué no decir que mientras se juega con los peligros de la guerra, nosotros estamos indefensos, nosotros estamos prestos a ser masacrados sin esperanza alguna? ¿Por qué no decir estas verdades?
¿Por qué no decir, además, que habiéndose acudido al pueblo de Cuba en todas las guerras, cuando las guerras han pasado le han quitado su cuota azucarera y lo han pisoteado? ¿Por qué no decir que mientras se solicitaba de nosotros en los días difíciles, en la paz hemos sufrido todas las injusticias?¿Por qué no decir que ya nosotros hemos soportado la guerra? ¿Por qué no decir que en nombre de esa solidaridad, armaron al tirano? Porque si cuando Costa Rica fue invadida por los esbirros de Somoza los Estados Unidos les mandaron dos o tres P-51 a peso, aquí fue al revés y le mandaron a Batista tanques y aviones a peso para combatir contra el pueblo. ¿Por qué no decir que las agresiones que a nosotros nos preocupan en estos momentos, no vienen precisamente de otro continente? ¿Por qué no decir que esas agresiones pueden venir de manos mercenarias desde las playas de La Florida o de Santo Domingo? Porque todos los pueblos tienen sus problemas y nuestros problemas son nuestros problemas no nos echen encima los problemas de otros pueblos.
Que podemos ser destruidos, ¿y qué? Vivir en la humillación, vivir de rodillas, ¿para qué?
De todas maneras hay una realidad: y es que todos nos vamos a morir más tarde o más temprano y que todos los días mueren muchísimas personas: unas del corazón, otras porque las arrolla un automóvil, en una epidemia o de cualquier cosa, o de hambre como ha muerto mucha gente aquí. Porque el peligro más grande que hemos tenido, más que peligro la realidad que hemos tenido es la cantidad de niños y la cantidad de mujeres, en el campo sobre todo, que han muerto por falta de comida, de medicina y asistencia médica.
Lo que pasa es que aquí el pobre pueblo nunca había podido hablar, tenía que leer lo que escribían otros que estaban a mucha distancia del pueblo, y nunca se publicaban las estadísticas de las mujeres y niños que morían porque no tenían médicos ni medicinas y si sacamos la cuenta, el egoísmo y la explotación de los grandes trusts y de los grandes intereses, han matado más cubanos que la tiranía de Batista. Y, en definitiva decía yo que todos tenemos que morir de algo, entonces, miedo a morir, ¿para qué? «Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te apuras? Y si no lo tiene, ¿por qué te apuras? » En definitiva, debemos seguir adelante con nuestra patria y con nuestro pueblo y con nuestro propio destino seguir forjando nuestro porvenir, seguir realizando nuestro sueño y defender ese derecho con la vida.
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